domingo, 23 de diciembre de 2007

Perro negro.


12:45, es la hora en la que siempre, me encuentro con el, es desesperante, asqueroso, repulsivo, y creo que me produce miedo, tal vez por eso es siempre que, nos encontramos, no puedo dejar de verlo y el a mi. Odio , los ruidos, que hace, no soporto, cuando esta con otros, de su especie, es mucho mas insoportable. Por que siempre esta sucio, es que acaso no lo educaron bien, no lo se y no me importa.

De lunes a viernes a las 12:45, son los perores momentos, de mi corta vida, tal vez piensen que exagero, pero es verdad ese cosa, no debería existir, su olor es tan desagradable. De lunes a viernes lo veo por la reja, aunque intente evitar voltear siempre, termino cayendo en mi morbo, en ese deseo, de saber si esta vez sera diferente, pero no siempre, siempre es lo mismo.

Lunes, temprano en la mañana, lo he decidido, hoy terminare con mi sufrimiento, y la inútil existencia de el. Pienso como, lo haré, saboreo el momento, tal vez esto siempre estuvo en mi naturaleza. Son las 12:30 faltan solo 15 minutos, mi corazón late rápidamente, siento el calor del medio día, ha llegado el momento aun a la distancia, puedo sentir su olor.

Por, fortuna la reja esta abierta, lo veo corro hacía el como un loco, muchas personas me voltean haber pero no me prestan la atención necesaria, salto sobre el, lo muerdo con todas mis fuerzas en la cara, el grita desesperado pidiendo ayuda, escucho los gritos de otros niños, escucho a las madres, de esos niños, pero no me importa su sangre corriendo por, mi boca están satisfactorio, sigo con su cuello como dije tal vez estaba en mi naturaleza, siento, que me golpean piedras y palos, pero no hago caso al dolor, volteo a verlo, para saber que tan bien hice mi trabajo, su uniforme de la escuela lleno en sangre, ya no respira, se que he terminado, ahora puedo volver a correr como un loco y no regresar jamas.

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